Primeros 1000 días

La historia de un paciente recuperado de Covid-19 y la importancia del plasma


Sin otro objetivo que generar conciencia social, Walter relató cómo fue su experiencia personal y su recuperación gracias al plasma.

“Nunca pensé que iba a requerir de oxígeno”, afirmó Walter al otro lado del teléfono. A sus 34 años casi recién cumplidos se contagió de Covid-19 y con la aparición de los síntomas propios del virus también comenzó a faltarle el oxígeno. Así fue como terminó en la guardia Covid del hospital Castro Rendón, pensando que regresaría a su casa en cuestión de horas, y en cambio debió ser trasladado a la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) de la Clínica de Imágenes, donde luego de estar cuatro días completamente consciente de lo que ocurría a su alrededor le aplicaron lo que para él fue fundamental en su recuperación: plasma de convalecientes.

“A mí el plasma me re ayudó, sino no hubiera salido de terapia intensiva”, aseguró con entusiasmo, al tiempo que relató que siempre fue muy sano y de practicar deportes. “Soy de engriparme cada tres años, soy muy sano, entonces cuando empecé con los síntomas dije ‘bueno, no es nada, tengo un resfrío’”, señaló Walter.

Haciendo un raconto estima que se contagió un viernes porque al día siguiente comenzó con dolor de cabeza, “tres puntadas muy fuertes” que en ese momento no relacionó con el Covid-19. El domingo empezó a sentirse un poco congestionado y pensó que se estaba por engripar dado el cambio de clima.

“Todos piensan que es un resfrío, pero el lunes empecé con todos los síntomas y me cayó la ficha, porque nunca tuve fiebre en mi vida y el lunes tuve 39”, recordó Walter y explicó que para el martes ya había perdido el olfato y ya no le quedaban dudas, por lo que fue a hisoparse.

“Estuve muy mal”, indicó y describió que la primera semana en su casa tuvo todos los síntomas y que ya para el jueves o viernes se empezó a quedar sin oxígeno. “No podía respirar, no dormía bien, dormía una hora por día porque me sentía cansado nada más, pero no podía ni respirar, me quedaba viendo películas para no dormirme del miedo que tenía de quedarme sin oxígeno”, agregó Walter.

En esos momentos, se le vino a la mente que casi todos los que conocía que tuvieron coronavirus al quinto día ya empezaban a andar bien y él, en cambio, al sexto estaba mal. “Llegó el sábado, estaba muy mal y ahí me vino a buscar la ambulancia y fui al Castro”, relató Walter y señaló que aún seguía con fiebre y que en la guardia Covid le hicieron estudios, entre ellos una radiografía de los pulmones con la que le diagnosticaron que tenía neumonía. También le dijeron que requería de oxígeno.

“Estuve 15 horas en la guardia y en esas 15 horas viví de todo. Esto fue el 4 o 5 de septiembre, para esto los médicos y enfermeros espectaculares, a full estaban”, remarcó Walter mientras recordaba, como si la imagen le retumbara en la cabeza, que “los médicos corrían”.

Después de esas 15 horas, explicó que por tener obra social de ISSN lo trasladaron a la Clínica de Imágenes, donde al llegar se abrió la puerta de la ambulancia y le escuchó decir al médico “va directo a terapia intensiva”. Entre el desconcierto y la angustia, Walter les reclamó: “No, pará, terapia intensiva, a mi familia le dije que iba a estar internado en la guardia”.

La respuesta del médico no dejó dudas de lo que debía ocurrir a continuación. “Entré a terapia intensiva, pero lo peor de todo no es que entré intubado, con respirador o dormido, entré despierto. Eso influye, me mató ver la realidad y ver cosas que entiendo que la gente no toma conciencia”, afirmó Walter.

Sobre aquel momento señaló que tuvo miedo, pero que haber podido desahogarse le sirvió un montón. “Si no hubiera tenido el celular para comunicarme con mi familia hubiera sido terrible. El laburo de los enfermeros y los médicos fue genial”, destacó.

“Estuve cuatro días en terapia intensiva hasta el día que me dieron plasma, fue increíble, se me activó todo el cuerpo. Estaba re mal, en una cama y no podía ni ir al baño, me mareaba, estaba lleno de cables, de oxígeno”, describió Walter sobre el cambio que sintió luego de que le realizaran plasmaféresis

“El plasma es fundamental, creo que es clave, al otro día empecé a mejorar, y al otro día me pasaron a terapia intermedia y a los tres días me pasaron a sala común. Los mismos médicos se sorprendieron de lo rápido que salí porque antes del plasma en la ventanilla anotaban los días que iba y leí que me quedaban como quince. Después que me dieron el plasma me sacaron el oxígeno, fue magia”, aseguró Walter maravillado y resaltando la importancia que aquellos que puedan donar lo hagan.

“Estoy contento de que me lo haya agarrado yo y no alguien de mi familia o mis amigos. Tenía muchos amigos que no entraban en razón, estaban en cualquiera y cuando caí en terapia intensiva activaron”, apuntó Walter e indicó que para cuando le dieron el alta estaba “chocho”, pero sin embargo tuvo una semana terrible.

“Ahora es mi tercera semana de rehabilitación, pero la primera semana no podía ni andar, me mareaba, estaba parado y me temblaban las piernas, me caía todo mal. Ahora camino un poco, empecé a andar en bici. Siempre fui sano, siempre hice deportes y es terrible. Por suerte no me quedaron secuelas, no me quiero imaginar a quien le quedan secuelas. Conozco gente que le quedaron problemas respiratorios. El post covid es heavy, además estás con miedo”, explicó.

A modo de conclusión, Walter describió que lo que vivió en terapia intensiva fue “muy fuerte”, que vio gente muy joven internada, y en este sentido resaltó la importancia de la donación de plasma de recuperados de Covid-19.