Mensaje del Ministro Ricardo Corradi Diez a Egresados de Residencias

“Hoy termina una etapa de formación, una etapa de aprendizaje, que la hicieron con mucha tranquilidad, porque había un superior, porque había un colega, porque había alguien al lado acompañándolos en esta tarea de formarse en una especialidad.

Es una etapa de entrenamiento en donde participa mucha gente. Participan profesionales, participan técnicos, enfermeros, administrativos y también participan muchos pacientes; pacientes que saben que se están formando como residentes porque están a los pies de las camas de ellos instruyéndose, y están trabajando en conjunto con sus pares buscando el mejor diagnóstico.

Es una etapa de transición entre la universidad y el trabajo. Es una etapa que seguramente los agobió con guardias y los cansó; una etapa donde se sintieron frustrados y vivieron mucha angustia, pero también una etapa donde se divirtieron, donde se rieron y compartieron momentos muy agradables, donde se hicieron bromas para pasar esos largos días y noches adentro de los hospitales brindándoles a la salud de todos los pacientes horas y horas de entrenamiento.

Por eso hoy, ustedes saben más que nadie que no son los mismos. Porque se llevan muchísimos conocimientos, y también se llevan muchos lindos recuerdos, muchos amigos y van a poder desarrollarse en diferentes lugares.
Sé que para muchos, dejar un lugar se vive con mucha nostalgia; para todos ustedes el lugar donde se formaron es el mejor lugar, porque estaban seguros, porque sabían como funcionaba, porque se sentían capaces de moverse en ese ambiente. Hoy van a un nuevo lugar y seguramente se van a llevar la frescura del conocimiento; van a ser unas personas muy observadoras porque son quienes tuvieron la posibilidad de formarse con muchas cosas nuevas; de llevar en algunos casos experiencias novedosas, y ahí también va a haber gente que va a saber mucho y que va a tener sus años y de los cuales ustedes también van a aprender mucho. Tengan la humildad de compartir, la humildad de enseñar y aprender de cada uno que está hace mucho tiempo dedicándose a la salud de los pacientes.

Como ministro de Salud les pido por favor que atiendan a cada neuquino con la mayor dedicación y la mayor seriedad. Ellos se merecen el respeto de habernos dado la posibilidad de formarnos y especializarnos. Ellos se merecen que todos nosotros construyamos un sistema que no sea tan burocrático; un sistema que de respuestas y que haga liviana esa carga por la cual nos vienen a ver. Les pido que trabajen con mucho amor, con mucho compromiso y con el corazón. Si ustedes trabajan con el corazón seguramente se van a equivocar muy poco.

Un sabio médico decía: la mejor medicina es el amor y el cuidado. Y alguien le preguntó: ¿y si falla? Y este médico contestó: “aumenten la dosis”.

Muchas gracias, Neuquén los espera, salgan a dar lo mejor de ustedes.”