Del escritorio al territorio
El ministro de Salud, Rubén Omar Butigué, recibió hoy a una mamá de tres hijos, que para conseguir un medicamento recetado en un hospital, tuvo que deambular dos meses.
“Tenemos que poder mirarnos para adentro y revisar los procesos y las conductas para que estas cosas no sucedan más”, dijo Butigué y explicó “un médico de un hospital que hace una receta, debe saber si ese medicamento está aprobado por el Comité de Farmacia del hospital que los autoriza y si está disponible para entregarlo. Además, los Comité de Farmacia deben dejar de ser burocráticos para ser operativos, porque controlar lo que se receta y aprobar en tiempo y forma los medicamentos para que sean comprados, es un beneficio social del paciente, que debe salir del hospital con el medicamento en la mano. Si se receta se tiene que comprar y se debe garantizar la provisión del medicamento”.
“Una receta tiene un valor social, que va más allá del escritorio, y quien la firma tiene una responsabilidad que va más allá del momento en que atiende al paciente, porque hay que garantizar que el paciente obtenga el medicamento”, dijo el ministro de Salud.
“Caty es una mujer con tres hijos de entre 13 y 6 años, y dos de ellos tienen problemas de salud que deben ser atendidos con constancia y dedicación. Ella tuvo que hacer muchas colas y dedicar mucho tiempo a tocar puertas para conseguir un medicamento recetado. Finalmente, se contactó con nosotros. Pero este no es el camino. El sistema tiene el dinero y las maneras de gestionar para que esto no le suceda más a ella ni a nadie”, dijo Butigué y agregó “hay que agilizar tiempos y responder eficientemente a lo que el paciente necesita, porque las instituciones deben marchar al ritmo de las necesidades sociales”.
Tanto la directora provincial, Silvina Mastrángelo, como la asesora Irene Wietig participaron de la gestión para atender este caso y acompañaron al ministro en la entrega del medicamento, los asesores Germán Cazeneuve y Natalia Garay.
Equipo de Comunicación
Ministerio de Salud