Primeros 1000 días

Compromiso mutuo para controlar la Tuberculosis


 

Videoconferencia de Tuberculosis (9)

En la provincia la cantidad de casos ha disminuido, por el mejoramiento en las condiciones de vida y la implementación del tratamiento gratuito y directamente acompañado por el equipo de salud.

La convocatoria del Programa Nacional de Control de la Tuberculosis llegó hacia todas las zonas sanitarias de la provincia. En la ciudad de Neuquén, participaron simultáneamente desde el Centro Administrativo Ministerial (CAM) y el Hospital Castro Rendón, hasta donde llegó personal de salud de los establecimientos de la Zona Sanitaria Metropolitana y de las localidades de Centenario y San Patricio del Chañar.

Hasta el momento se desarrollaron tres encuentros, el 11, el 18 y el 25 de junio. El próximo jueves 2 de julio habrá una nueva oportunidad de encuentro–virtual y presencial con los profesionales del programa nacional, en cada sala de videoconferencia–.

“La temática tiene que ver con la Tuberculosis en general”, dijo Eduardo Durán, referente provincial del programa y preciso: “desde el diagnóstico al tratamiento de TBC, incluyendo los estudios de contacto, entre otras cosas. Es para hacer una revisión, actualizar contenidos y sensibilizar sobre el tema, para que no dejen de pensar que puede haber tuberculosis”.

La Tuberculosis es una enfermedad infectocontagiosa, prevenible y curable, causada por una bacteria conocida como Bacilo de Koch. Esta bacteria puede atacar cualquier parte del cuerpo, aunque generalmente afecta a los pulmones.

Durán manifestó que “en la provincia la tasa es de alrededor de 9-10 casos por cada 100 mil habitantes –cuando la media nacional ronda los 20 casos por 100.000 habitantes–, son unos 50 casos anuales”. Además destacó que “la tasa ha ido disminuyendo, por la implementación del tratamiento directamente observado, lo que hace que la posibilidad de curación sea mucho más efectiva que antes, cuando la medicación era auto-administrada”, y agregó que “la disminución de casos también se asocia al mejoramiento de las condiciones de vida”.

El profesional también mencionó que “tenemos tratamientos gratuitos, la distribución de los medicamentos se hace en tiempo y forma, así que hay que buscar y pensar para llegar al diagnóstico y durante el tratamiento hay un compromiso mutuo: del sistema, del médico, y también del paciente en hacer el tratamiento”.

La Tuberculosis afecta a todos los grupos etarios, pero hay personas que son más propensas, porque tienen factores de riesgo asociados a la alimentación deficiente, las enfermedades inmunosupresoras (VIH, diabetes, alcoholismo, etc.) y/o las condiciones de vida.

Uno podría sospechar o consultar cuando tiene tos con ­flema por más de 15 días. “A ese paciente hay que estudiarlo”, expresó Duran y aclaró: “lo que no quiere decir que todos los sintomáticos respiratorios que tengan tos y expectoración por más de quince días van a tener tuberculosis, pero hay que estudiarlo; y si a eso le sumamos que hay algunos otros factores que están presentes, por ejemplo: sudoración nocturna, fiebre, decaimiento, pérdida de peso, astenia o desánimo y tiene una tos sanguinolenta, también llamada hemoptisis, con mayor razón, es un paciente con todas las características como para pensar que puede tener tuberculosis”.

En estos casos, “hay que estudiarlo con todos los elementos que hay al alcance, que son la radiografía, la baciloscopía, la PPD (prueba cutánea de la tuberculina o PPD) y la parte clínica fundamentalmente”.

La enfermedad se transmite por el aire a través de las gotas que una persona enferma –que no está en tratamiento– elimina al toser o estornudar. Pero para que se produzca el contagio, el contacto con la persona enferma debe ser cercano y diario.

“La población más sensible es la que está en contacto directo con el paciente, por eso se denomina “contacto” a esas personas, que son las que hay que estudiar y son fundamentalmente los convivientes que comparten entre cuatro a seis horas por día”, explicó el referente del programa TBC en la provincial del Neuquén.

“El foco suele ser la casa, el trabajo y el lugar donde la persona permanece durante mucho tiempo, sin embargo uno puede trabajar en una oficina grande, abierta, ventilada, con aire, en la cual la posibilidad de contagio es mucho menor”, aclaró Durán y mencionó que para los considerados “contactos”, hay que observar la presentación de síntomas durante los 30-60 días posteriores.

El tratamiento es de seis meses como mínimo y de acuerdo a las condiciones, puede prolongarse hasta siete, nueve o hasta un año, si hay complicaciones, recaídas o si son pacientes inmunocomprometidos; pero habitualmente son seis meses, en dos etapas, la primera de dos meses y la segunda de cuatro meses.

Hay tres medidas que pueden lograr el control de la enfermedad: la detección rápida de todos los casos; iniciar su tratamiento y lograr que todos lo terminen; y garantizar que todos los recién nacidos reciban la vacuna BCG antes de salir del hospital.

afiche de tuberculosis nación

Equipo de Comunicación

Ministerio de Salud