Primeros 1000 días

Alimentación con sabor a Interculturalidad


El 19 de abril de cada Año se conmemora el día de los Pueblos Originarios en América. El objetivo es reivindicar la cultura y los derechos de estos pueblos. Fue establecido en 1940 tras la realización del primer Congreso Indigenista Interamericano en Patzcuaro, México.

Los Argentinos tenemos una gran carga cultural proveniente de nuestros antepasados, la alimentación es muestra de ello; la comida es un elemento importante de identidad de las naciones. Al recorrer el territorio de nuestro país encontramos alimentos y preparaciones típicas de diferentes pueblos originarios que forman parte de nuestra cocina contemporánea. En Neuquén se destacan ingredientes como  el maíz, ñaco, piñón, entre otros.

Los pueblos originarios tienen un concepto de salud similar al de la OMS (Organización Mundial de la Salud) que involucra la armonía entre los individuos, las comunidades y el universo. Para preservar la salud consumían alimentos en forma variada y moderada.

Antes del descubrimiento del método científico, se determinaban las combinaciones y preparaciones de alimentos que favorecían la salud. Culturas precolombinas, llevaban una alimentación respetando lo que ofrecía la tierra (LA MAPU).

Si hablamos de pueblos originarios en Neuquén hablamos fundamentalmente de la cultura mapuche. El mapuche basó su alimentación en una combinación de cereales con legumbres, y a esta se agregaban la carne de animales, como caballo, oveja, jabalí y aves, y también frutas y hierbas silvestres, peces y mariscos. Todo dependiendo del lado de la cordillera en que se encontraba la comunidad. No nos olvidemos que el territorio mapuche ocupaba lo que se conoce en la actualidad como zona central de Chile y las provincias Argentinas de Neuquén, Río Negro, Chubut  principalmente.

La cocina es uno de los ejes centrales de la cultura mapuche. A través de ella se aprende la relación de las personas con la tierra. Es una creación, un arte, un saber que no se basa en recetas, es la experiencia de encontrarse con el origen de los alimentos. No faltan las hierbas que condimentan los platos, el merkén, el ajo, el orégano y todo lo que ofrezca su tierra.

La alimentación mapuche tiene una dimensión espiritual; está dada por la relación y el respeto a la estacionalidad del alimento, la que corresponde a ciclos de vida de la naturaleza y se renuevan en el “pukem”(invierno): tiempo de lluvia, periodo en que se produce el We Tripantu (día más corto del año, sagrado).  Está armónicamente integrada a los ciclos biológicos del año mapuche. Las comidas y postres de su cocina están elaborados con alimentos que nos entrega la naturaleza.

El pueblo mapuche tiene muy presente los principios de sustentabilidad del territorio, el utilizar sólo lo suficiente y manejar toda la biodiversidad existente, lo que da como resultado una dieta diversa y muy completa.

La colonización permanente de los pueblos originarios dio como resultado una transculturación, generando una fuerte pérdida de conocimiento tradicional, especialmente en nuevas generaciones. Esta erosión cultural  ha generado un estilo de vida poco saludable en las comunidades originarias, aumentando la prevalencia de enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes y la hipertensión, entre otras.

Se entiende como interculturalidad, al proceso de comunicación e interacción entre personas y grupos con identidades culturales específicas, donde no se permite que las ideas y acciones de una persona o grupo cultural esté por encima del otro, favoreciendo en todo momento el diálogo, la concertación y con ello, la integración y convivencia enriquecida.

La comprensión del fenómeno pluricultural va más allá del reconocimiento de la diversidad lingüística. El comportamiento de las personas es el resultado de la confluencia de características psicológicas (personalidad, historia de vida, motivación, etc.), características socioculturales (valores, creencias, tipos de socialización, códigos de lenguaje, contextos de pertenencia, etc.) y características cognitivas (pensamiento, asociación y análisis, estrategias de aprendizaje, ritmos de desarrollo, conexiones entre conocimientos, etc.).

Para poder construir un mundo que respeta la interculturalidad, tenemos que reconocer las diferencias culturales y oficiar de mediadores entre sistemas de valores distintos con argumentos suficientes para justificar la asunción de unos valores sobre otros.

En la actualidad todos estamos preocupados por las enfermedades crónicas no trasmisibles, todos hablamos de la obesidad, de la diabetes, del hígado graso, de la hipertensión. Para  revertir esta realidad tendríamos que aprender y aplicar un poco del estilo de vida ancestral del pueblo mapuche, la cual tiene como principio:

·         Comer y alimentarse, para tener salud y no enfermarse. Comer bien, asociado a las formas de producción que permiten buena salud. Reconocimiento y uso de plantas, que dan diversos sabores

·         Comer  compartiendo lo propio, es lo que le da identidad. Alimentos agradables y saludables, donde sabores y olores dan sentido de creaciones, formas propias de cocinar como un arte que permite satisfacción, bienestar, salud. Compartir la amistad con lo propio, da sentido de pertenencia en eventos sociales, es lo que le da sentido a la necesidad de lo colectivo.

·         Comer y alimentarse con todo lo que la naturaleza ofrece. Conexiones y complementariedad, en los ecosistemas y agroecosistemas. Alimentarse siguiendo el ciclo de la naturaleza.

Los modelos de salud contemporáneos, tienen que aprender mucho de los pueblos originarios. Muchas veces buscamos cosas que tenemos a nuestro alcance y no podemos ver. Prestemos atención a la tierra, todos los días nos brinda sabiduría.

*Samuel García Licenciado en Nutrición